Vista hoy, ocho años después, la fotografía no tiene desperdicio. El cartel repite en 21 ocasiones la frase "No a la guerra", sin explicar a qué guerra se refiere, por lo que hemos de pensar que se refiere a la guerra en general, es decir, a todas las guerras. Si no, el cartel debería haber mencionado "No a la guerra tal o a la guerra cual". Pues bien, ocho años después, el segundo por la derecha de la foto mete a nuestro país en otra guerra, aunque según parece, ésta es una guerra diferente, una "guerra buena", una guerra de playmobil. Un sapo difícil de tragar. Y es que al final, el tiempo siempre pone a cada uno en su sitio.
Y el primero por la derecha fumándose una pipa (¿de la paz?) en un acto público, algo que ocho años después sería considerado como un delito con su correspondiente "multita". Y las botellas de agua "tiradas" literalmente por la mesa. ¡Qué cruel es la memoria, amigos! (forgotten memories).
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