4 luni, 3 saptamâni si 2 zile


Este año 2008 está siendo, en mi opinión, el año de las grandes decepciones cinematográficas. Cineastas que un día fueron geniales nos ofrecen ahora películas banales, que aunque vendidas con importantes campañas publicitarias, no pasan de puro entretenimiento para acompañar la siesta de los domingos. La crítica se desvive con ellas, como si de obras maestras se tratara, pero ya sabemos como funcionan estas cosas. A la espera de ver "Funny Games" e "Inland Empire", el resto de películas sobre las que había puesto ciertas expectativas han resultado de lo más vulgares. Se ve que el dinero de Hollywood, como las hamburgesas, llena de colesterol la creatividad de estos otrora grandes realizadores. Habrá que seguir confiando en el magnífico cine europeo independiente. La aburrida y plomiza "No es pais para viejos" de los hermanos Coen, con un insufrible Bardem, la mediocre "Promesas del este" de David Cronenberg, con buenos actores de la talla de Viggo Mortensen, Vincent Cassel y Naomi Watts, la nadería de "Pozos de ambición" de P.T. Anderson (joder, "Pozos de ambición", pero si el título es clarísimo, "There will be blood", "Habrá sangre", aunque al final no queda claro cuando habrá sangre, si este año, el que viene o nunca), con una grimosa sobreactuación de Daniel Day Lewis, que a este paso va a pillar a los grandes de la sobreactuación: Nicholson, De Niro y Pacino. Y otras muchas películas que nos han dejado fríos.

Pero esta pasada semana, en pleno sopor vacacional, he tenido la oportunidad de ver dos buenas películas, las dos del año pasado: "4 meses, 3 semanas y 2 días" del realizador rumano Christian Mungiu, y "Los falsificadores", del austriaco Stefan Ruzowitzky. La primera, cuyo título original es "4 luni, 3 saptamâni si 2 zile", es una cruda, crudísima película ambientada en las postrimerias del régimen de Nicolae Ceausescu, concretamente en el año 1987. Otilia, la protagonista, decide prestar ayuda y dinero a su amiga Gabriela para abortar ilegalmente. La película transcurre lentamente a lo largo de un solo día, y esa lentitud le da un realismo desgarrador. Hay una escena en particular que se nos hace "insoportable", cuando Otilia va a cenar a casa de sus suegros. Mientras su amiga Gabriela se queda sola en el hotel después de haberle sido practicado el aborto por un "matarife" de tres al cuarto, Otilia tiene que acudir, presionada por su novio, al cumpleaños de su suegra en el otro extremo de la ciudad. Durante un cuarto de hora, Otilia, que está absorta, como lo estamos todos los espectadores, pensando en la salud de su amiga, está sentada a la mesa en medio de una conversación intrascendente del resto de comensales. No hay banda sonora, no hay referencias a Gabriela, solo un grupo de gente hablando, bla, bla, bla, ..... Y Otilia que no se levanta. Y Otilia que no se va. Y Otila que no vuelve al hotel. Y así durante casi un cuarto de hora. Y los nervios a flor de piel. Magnífica. Una de las mejores películas que he visto en los últimos tiempos.

La segunda película, cuyo título original es "Die Fälscher", narra una historia real. Es una película menor que trata el ya manido tema del colaboracionismo judío con el régimen nazi, si bien esta vez lo hace desde el interior de un campo de concentración. Un grupo de prisioneros judíos del campo austriaco de Mauthausen, entre los que se encuentra el falsificador Salomon Sorowitsch, son conducidos al campo Sachsenhausen en Alemania, para poner en marcha la "Operación Krüger". Esta operación secreta consistía en la falsificación de libras esterlinas, y que luego continuó con la falsificación de dólares americanos. La película se centra en el dilema que se creó, al igual que ocurrió con el resto de la sociedad judío-alemana de la época, entre en "colaboracionismo pasivo" con los nazis y el mantenimiento de la propia vida. Salomon defendía la falsificación, argumentando que eso le mantenía vivo. Mientras tanto, su compañero Adolf Burger, defendía lo contrario: que falsificar moneda para los nazis les ayudaría a ganar la guerra y perpetuar el nazismo. Por lo que se dedicó a boicotear la fabricación de dólares. El dilema de Salomon era si denunciar a su amigo o no. Y no lo hizo. Una buena película.

Escuchando:
Jakob Ullmann - voice, books and FIRE 3 (Edition RZ 2008)
Cor Fuhler/Clare Cooper/Axel Dörner - Crax (Conundrum 2008)
Jason Kahn/Tomas Korber/Norbert Möslang/Günter Müller/Christian Weber/Katsura Yamauchi - Signal to noise Vol. 4 (For 4 Ears 2007)
Ben Frost - Steel wound (Room40 2007)
Michael Renkel - Errorkörper III (Absinth 2006)
Morton Feldman - Feldman Edition 9: Composing by numbers (Mode 2005)
AMM - Tunes without measure or end (Matchless 2001)
Keith Rowe - Harsh (GroB 2000)

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